Querido hijo...

No vivas siempre tratando de aplastar a tu adversario. Qué desgaste, qué pérdida de energía. Atraelo hacia ti con tus palabras y obras; trata de convencerlo. Si no lo consigues, ignóralo, es la mejor forma de vencerlo.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cristianismo de moda, christiancore, o síntoma