08.07.2018... Las preocupaciones.

Termina uno el fin de semana con esas mismas sensaciones que cuando lo comenzó: una especie de necesidad de orden, de camino autotransformador, que no comienza internamente porque lo externo nos lleva.

Estos días de campo he reflexionado sobre las 'preocupaciones'

Vivimos preocupados. Vivo preocupado. Todo a nuestro alrededor son o parecen preocupaciones, yo soy una preocupación.



Si me preocupo dejo de ocuparme de lo que debo ocuparme. Si no me preocupo parece que uno está en otro mundo. Si me preocupo de lo que hacen o dejan de hacer los demás, yo dejo de ponerme en acción, de ocuparme de lo importante, de tomar las decisiones que debo o debiera tomar.

¿Qué arregla estar preocupados? Nada.

¿Mejora la preocupación alguna situación de las que vivimos?

La preocupación bloquea nuestro presente.

Un pensamiento es solo un pensamiento, no lo convirtamos en una preocupación.

Lo que ocurre, ocurre; lo que no ocurre es pensamiento y el pensamiento es solo eso, pensamiento.

Vive el Ahora.

Calma tu mente.
Apodérate de tus pensamientos, no dejes que ellos se apoderen de ti.
No dejes de preguntarte qué es lo realmente importante.

Por aquí, en estos campos manchegos, en esta época del año, justo antes del anochecer, el cielo se inunda de golondrinas. Es entonces cuando florecen todos esos pensamientos que salen al encuentro de lo inestable. Repasas los días, repasas las semanas. Buscas el tiempo y lo comparas con el recuerdo.

Te vienen esos malditos pensamientos, las preocupaciones.

"¿Cómo reconocer, /inmersos en el tráfago/ de nuestras percepciones,/ los pequeños instantes que nos salvan,/ los acontecimientos/ que nos vuelven distintos para siempre?" Basilio Sánchez

Belleza de versos.

Así se pierden los instantes, los momentos.

Somos responsables de nuestra vida, de lo que nos ocurre y de lo que no.

Dale Carnegie, autor de libros como "Cómo hablar bien en público: e influir en los hombres de negocios" y "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas", libros que os recomiendo encarecidamente, escribió otro que lleva el título de "Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida" en el que nos ofrece tres reglas:
1. Vive solamente el día de hoy. No vivas ni en el ayer ni en el mañana. Concéntrate en el hoy.2. Haz frente a los problemas.a) Pregúntate: ¿Qué es lo peor que puede suceder?b) Prepárate para aceptar lo peor.c) Trata de mejorar la situación partiendo de lo peor.3. Recuerda el precio exorbitante que puedes pagar con tu vida y tu salud, por las preocupaciones.
Mis amigos los estoicos también decían, muchas veces lo dejo caer por aquí, preocúpate sólo de aquello que puedas controlar, el resto déjalo pasar.
No permitas que las cosas que no están bajo tú control te molesten.
Los que me leen, no tantos ni tan pocos, saben de lo mal que escribo, pero leen. Quería decir que, a veces sin intención, otras con ella, dejo caer por aquí mis preocupaciones como en un deseo de que así desaparezcan. Una terapia como otra cualquiera.

Las preocupaciones tienen siempre motivos que suelen esconder malas decisiones, futuros inciertos o no hacer las cosas con la responsabilidad debida. Todo ello se envuelve en mil pensamientos de los que parece eres incapaz de desprenderte. ¿Verdad?

Pero no todas las preocupaciones son por uno mismo. Sueles preocuparte por lo que les pasa o cómo se sienten los demás, esas personas que te importan. 

No sé no preocuparme y eso me preocupa. Me preocupo de los que están cerca pero también de los que no lo están. Me preocupo por todo y de todos. Y a veces pienso ¿y de mi quién se preocupa? ¿por qué no me preocupo un poco más de mi?

Vamos a preocuparnos un poco por nosotros. Es el consejo que hoy quería dejar por aquí. Vivir el Ahora, Ser y estar.

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