04.10.2017... El mosquito trompetero!!

Ha tenido uno estos días de atrás, debido a esos principios de catarro que luego no llegan a ser, los oídos taponados.


Más allá de lo que podía ser cierta molestia, la gente al hablarme tenía que repetirme las cosas varias veces, la sensación de silencio era tal que a veces parecía me encontrase en una especie de burbuja.

Pero el taponamiento se pasó y vuelvo a escuchar finamente cada sonido y ruido que nos rodea.

Tan finamente que esta noche un mosquito, que decidió dedicar su tiempo a sobre volar, acrobáticamente, mi habitación, me ha mantenido en vela prácticamente las horas en las que debía haber estado durmiendo plácidamente.



Escuchaba su zumbido mientras se acercaba, burlando la oscuridad, hasta que revoloteaba sincronizado sobre mi cabeza.

Evidentemente, tres o cuatro picotazos como mínimo.

Y mientras pensaba en el mosquito, tratando de obviar su vibración para dormir algo, pensaba también en la cantidad de mosquitos trompeteros, con cuerpo humano, que existen por ahí revoloteando y que, más allá de vuelos acrobáticos, lo que hacen es tocar las narices, por ser educado y no decir 'tocar los coj...', continuamente a los demás. 

Molestar, incordiar. Seguir molestando, seguir incordiando, parece es el modus vivendi de muchos personajes que nos rodean en nuestras vidas o que aparecen de vez en cuando en el momento que pensabas ya te habían olvidado.

Porque a veces lo que realmente quieres es que este tipo de personajillos te olviden, te dejen de incordiar y tratar de picar.

Yo, ciertamente, en mi vida tengo muchas cosas que hacer, tal vez demasiadas, no tengo tiempo de andar criticando -ni me gusta- a unos y a otros.

Si cada uno nos dedicáramos más a lo nuestro nos iría mejor en el conjunto.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30