03.01.2017... A trompicones!

Hoy decía a alguien que uno comienza el año a trompicones. Parece que la circunstancia ha conseguido empezar tal como terminé: apagando fuegos. 

La persona a la que le comentaba esto me decía algo que yo sé de sobra, aunque no lo piense cuando debo: "tienes salud querido amigo, de qué puedes quejarte; es un privilegio tener problemas y salud par resolverlos". 

Y lleva toda la razón. Es la eterna queja por la queja, esa en la que caemos los privilegiados cuando sentimos una especie de desánimo o cansancio. 

Posiblemente la razón de los males de las personas es que dejan de preocuparse por lo importante, por sus cosas. 

Por diferentes motivos la vida camina veloz y creemos o confiamos nuestra suerte en manos ajenas: es un error.

He conseguido terminar esta tarde fría entre lecturas ajenas a mi caminar diario. Pero también las lecturas que nos acompañan no dejan de formar parte de ese camino. Ni todo el mundo lee lo mismo (ojalá y todos leyesen), ni todos lo pensamos ni mucho menos lo escribimos.


Hay un personaje, un autor, que siempre me ha interesado. Creo que son esos personajes, personas, creadores, escritores, con los que de alguna forma me siento bastante identificado. Está el maestro Montaigne, está mi eterno Pessoa, ese Proust y está el Kafka gris, decadente, ecléctico e informal.

Me adentro en estas tardes de necesidad literaria en ese volumen biográfico, inmenso en tamaño y en obra, de Reiner Stach, 'Kafka', que me he regalado por navidad.

Entre estas páginas consigo restablecer mis momentos, equilibrar pensamientos y olvidar que cada día puede ser un obstáculo a superar y que tan solo con la mente limpia podemos conseguirlo.

Cada día es una oportunidad y la suma de unos versos producen un bello poema. 

El maestro Osho nos dice que
"Si decides hoy en vez de mañana:destruiste mañana.Dejen que el mañana tenga su propia existencia.Que venga a su manera.Dejen que él traiga sus propios regalos."
Pues vamos a vivir este momento que nos ofrece el hoy sin pensar en el mañana. Mañana será el mañana que tenga que ser.

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