Cada mañana, como hoy, al despertar, aprendemos una lección: vivimos, tenemos otro día como oportunidad, hay gente que nos quiere a nuestro alrededor y, seguro, viviremos algún instante poético. Con esos ingredientes sólo podemos sonreír y mostrar gratitud.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30