04.10.2016... Priorizar lo importante.

Es curioso como un simple hecho, un susto, puede hacer cambiar tus prioridades en un instante; cómo te hace ver que una décima de segundo puede cambiarlo todo y que mucho de lo que haces no vale la pena.


Si un instante es capaz de provocar algo así quiere decir, sin lugar a dudas, que vives equivocado. Vives equivocado en tus prioridades, vives equivocado en tus acciones y vives equivocado en la utilización de tu tiempo.

Tiempo es justo lo que no tenemos, pero tiempo, si hemos despertado esta mañana, es el que tenemos para cambiar.

Un susto te provoca un espasmo emocional, te confunde, te lleva de un lado a otro en pensamientos que alteran tu conciencia porque te hacen reconocer que las cosas no son así.



Es importante llegar a tener la oportunidad de cambiar, como es importante, también, dar los pasos necesarios para hacerlo siendo conscientes de que no hay tantas oportunidades como creemos.

Escribí un día por ahí, que la sabiduría se demuestra teniendo la valentía suficiente para cambiar lo que no te gusta en la vida; hoy, más que nunca, creo que ser sabio es tener cojones para cambiar lo que conscientemente sabes que no haces bien.

Seguir vivo te hace poder disponer de un futuro y aunque vivamos siempre en el presente, que es lo único verdadero que poseemos, podemos modificar nuestro día a día: lo que de mi quiero y lo que de mi quiero para los demás.

El futuro se va construyendo desde el hacer, desde la Acción. Ser pasivos en la vida, ser pasivos con nosotros, a la larga es arrepentirnos de haber perdido el tiempo.

Vivimos en un estado de confusión general que nos hace confundirnos, también en lo particular.

Hace año y pico escribí, en otro post, que "cuántos momentos desperdiciamos de estar con esas personas que amamos, que lo han dado todo por nosotros, que siempre han estado y están ahí, pero que la naturaleza les hace que vayan restando más que sumando. Y nosotros, mientras, dedicamos la vida a vulgares y variadas estupideces. Siempre llegará ese instante en el que ya no queda tiempo: ese instante de la reflexión y el arrepentimiento." 

¿Cómo puede ser que la vida pase tan rápido? O, ¿cómo puede ser que perdamos tanto la vida? Parece que fue ayer, pero no lo es. 

A decir verdad, es la verdad. Puedo seguir escribiendo, año tras año, las mismas reflexiones. Puedo continuar martillándome en el cerebro con pensamientos que no perduran más que el momento y que más allá de un par de días, quedan olvidadas.

O somos conscientes de lo importante o habremos perdido el tiempo y, sobre todo, la oportunidad.

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