Gracias padres... ¡Feliz 50 Aniversario!

En esta tarde calurosa, que inicia septiembre, no tenía muy claro, frente el cuaderno, qué escribir en estas páginas que se van haciendo, día a día, parte de un universo de pensamiento, de reflexión, de vida. Y vida es lo que van guardando con el paso de los días, y vida es lo que cada uno lleva, de una manera u otra, con el paso de sus días.

Hoy es 1 de septiembre del año 2016, una fecha aparentemente normal para la gran mayoría pero que, en mi caso, no puede ser una fecha que deje pasar como si nada. Sin el hecho que ocurrió hace exactamente 50 años, de seguro este que escribe, no lo estaría escribiendo estas líneas.

Como decía, hace exactamente 50 años, tal día como hoy pero de 1966, contrajeron matrimonio dos de las personas más importantes de mi vida: mi madre y mi padre. Ese privilegio que nos ofrece la vida hace que hoy pueda felicitarles y ser partícipe de esta fecha junto a ellos. Por eso, que mejor que hacerlo por aquí, en este rincón mío, que guarda y guardará mis palabras para siempre.



No es fácil mantenerse en pareja durante 50 años, sea como matrimonio eclesiástico, civil o simplemente pareja. No es fácil porque nada en esta vida lo es y porque la convivencia, las relaciones humanas en concreto, es, posiblemente, de las cosas más difíciles que existen.

En la convivencia, en el día a día, van apareciendo nuestras taras, nuestras miserias y nuestras manías. Aguantarnos a nosotros mismos es difícil, aguantar al otro es complicadísimo

Por eso, hoy aplaudo y admiro a los que consiguieron no sólo que yo este aquí, sino que con su amor formaran y crearán la familia a la que pertenezco.

No somos los mejores, ni seguro seremos ejemplo de nada, pero estamos juntos y unidos, cada uno con sus caracteres y diferencias, cada uno con sus virtudes y defectos, pero juntos. Mantener unida una familia, durante todo este tiempo, en los tiempos que corren, es una labor difícil y que sólo merece agradecimiento; agradecimiento a ellos que, hace 50 años, se dieron el si quiero.

Ella trabajando dentro, en esa tediosa y sacrificada labor de 'ama de casa', profesión 'sus labores', a veces tan poco visible, tan poco reconocida y agradecida. Siempre será poco lo que un hijo pueda agradecer a su madre, a una mujer. No soy dado a hacer público sentimientos ni agradecimientos, pero creo que si hay un ser que en esta vida merece el reconocimiento de todos, es la mujer y, concretamente las madres. 
Todo hombre tendremos siempre una deuda con, al menos, una mujer. Solo la mujer y, especialmente, la madre, es capaz de darlo y aguantarlo todo, por encima de su interés particular y siempre pensando en el bien general de la familia. Nunca podré agradecerle tanto a mi madre.

El buscando ese sustento que mantuviese, desde la austeridad, pero sin nunca sentir la necesidad, a una familia que poco a poco, desde aquel bajo B de Sánchez Preciados 65, fue progresando hasta que cada uno de nosotros encontramos nuestro camino. Entonces no había jornadas de siete horas, ni fines de semana y daba igual la noche que el día. Entonces se trabajaba en lo que fuera para conseguir una peseta más que llevar a casa y, a ser posible, ahorrar la mitad para poco a poco seguir progresando y acomodando la vida de todos. Como no agradecer esa educación envuelta en sacrificio, esos valores y principios que sólo los torbellinos nos podrán arrebatar.

Ellos cimentaron la base de lo que hoy somos, de nosotros ahora depende, que el edificio siempre siga en pie.

Siempre ahí, con sus consejos, en el acierto o el desacierto, pero en el ánimo de que nunca perdiésemos el camino.

Si hay algo importante en una vida es la familia. Romper ese vínculo, de quien tiene el privilegio de tenerlo, es imperdonable porque difícilmente se recupera algo que cuesta tanto construir. 

La familia es el grupo primario del ser humano, el grupo que te arropa, que te apoya cuando vas y vienes, el grupo que siempre está y estará en tus errores y aciertos. Eso es la familia y para eso está y estará siempre la familia.

Tal vez me cueste mucho decir lo que poco me cuesta escribir: gracias mamá y papá. 

Sin ese 'si quiero' de hace hoy 50 años, sin vosotros, no estaría aquí, en este caso como hijo mayor de la familia; pero es que además, sin vosotros, no hubiera tenido el inmenso privilegio de tener a mi lado, siempre, a los dos hermanos que tengo.

Los años enseñan. La vida es una lección que se aprende cada día, de los errores y del fracaso, pero también de los pequeños detalles, de los aciertos y alegrías. A la vida hay que estarle siempre agradecido; a la familia, también.

Lo más importante en una vida es Ser Familia y gracias a vosotros lo somos.


Feliz Aniversario padres.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29