11.02.2016... Shavasana!

Curiosamente hoy, en el inicio de mi clase de Hatha Yoga, Oliva, la fantástica profesora que con paciencia me inicia en este arte, en el comienzo shavasana, ese instante en el que tratas de desprenderte de todo lo que te interrumpe, te encuentras contigo y buscas esa especie de misticismo, ha introducido una cita anónima que dice algo así...

"Invierte en todo aquello que un naufragio no te pueda arrebatar“. 

Suficiente para pensar, suficiente para meditar sobre algo de lo que no somos capaces de desprendernos: el ansia por tener, por poseer cosas que mañana, o dentro de un rato, quedarán aquí sin ni siquiera haber disfrutado.

Esta cita tiene un significado tan profundo que a mi, en los últimos tiempos, me hace reflexionar constantemente: ¿de qué vale 'tener', 'poseer'?



No estoy pasando una de las mejores semanas. Soy incapaz de encontrar una respuesta a algunas cosas; ni siquiera, tampoco, puedo poetizar muchos de los momentos que vivo y que, en otras ocasiones, se amparan en muchos de mis versos.

No encuentro sentido a algo de lo que veo y leo, y eso me convierte en un ser deambulante. En mi, no es normal.

El Yoga parece que está en auge. La pregunta es ¿por qué? La respuesta es, desde mi humilde punto de vista,  porque necesitamos momentos, aunque sean obligados, de desconexión con el mundo que nos rodea.

Uno va construyendo su vida a base de pequeños ladrillos. Cree ver razones en el diseño de ese eterno templo vital. Pero ¿y si al final de la construcción, cuando crees que todo va concluyendo y quedando más o menos como pensabas, resulta que alguno de los ladrillos que pusiste en los inicios, no encaja correctamente?

Y si cuando, según estás terminando la construcción, uno de esos ladrillos puede hacer que todo caiga y quede hecho polvo.

Lo primero que piensas es tratar de reforzar el ladrillo, de fortalecerlo porque, sinceramente, tampoco creo que nunca sea tarde para ello.

Tal vez, aunque jamás lo hubiera pensado, esos momentos que vivo en Shavasana, al inicio, entre medias y al final de la clase, me estén sirviendo para valorar mucho más mi interior y no dejarme influenciar tanto por lo exterior.

No me apetece escribir más de lo que me gustaría. Así que...

Feliz noche amigos...

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27