02.01.2016... El año del Mono.

Caminamos ya restando metros al 2016 y pasados estos días no sólo debemos hacer una limpieza de mente, de pensamientos oxidados o mal parados, de espíritu, sino también, o especialmente, de cuerpo.

Una mañana fría, ventosa, pero ideal para desprendernos en esos caminos que van al Cerro, de todas esas toxinas y miserias que hemos ido acumulando en los últimos días. 16 kilómetros excelentes, sentidos, sudados, en esa agradable compañía de C.

La verdad es que empezar un año es como empezar una vida nueva, así es si lo queremos. Puede ser un punto de inflexión en nuestro caminar, o simplemente una continuidad de lo mismo. 

Abro el cuaderno y huele a papel nuevo, las páginas en blanco, sin tinta, dispuestas a soportar ideas, reflexiones y aforismos, mis versos cansinos, esos bocetos de proyectos, o esas fotos recortadas y pegadas para el recuerdo. Y así comenzamos a ir construyendo los días.

Comenzar el año es aprovechar y dejar atrás los miedos o el pesimismo. Es asumir que estamos aquí, y debemos disfrutar y vivir plenamente cada momento.

Debemos poner nuestra atención en lo que queremos y deseamos, en el aquí y en el ahora, y desechar toda esa porquería que ocupa nuestra mente. Vivimos permanentemente pensando en el más allá, en el mañana y nos perdemos el presente.




No sé dónde leía esta mañana que este año, el 2016, según la tradición oriental, a partir de febrero, comienza el reinado del Mono de Fuego

Según la mitología china el año del Mono es un año de cambios. El Mono, en el horóscopo chino (12 animales), es el signo de los nacidos en los años 1956, 1968, 1980, 1992 y 2004. 

Y ¿quién nació en 1968? Entre muchos... Yo.

Una intuición fuerte, jovialidad, inteligencia y un aire excéntrico, con un fondo caprichoso y poco predecible. Ahí es nada. Según la tradición oriental más antigua, todos los nacidos en esos años estarán más expuestos al cambio. El próximo 8 de febrero comienza oficialmente el año del Mono, el líder natural más agresivo.

Estaremos preparados.

Según comenta la tradición,  Buda, viendo próxima su muerte, quiso reunir a todos los animales de la Tierra para dejar testimonio de su última voluntad. Para su sorpresa, solo se presentaron doce animales ante él. La rata fue la primera en llegar, después llegaron otros once animales: el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Como premio a la devoción religiosa que le brindaron, Buda los convirtió en los Doce Signos del Zodiaco Chino.



Cada animal gobernaría un año, en el cual influirían sobre la personalidad y el carácter de todos aquellos que nacieran en él. No obstante, piensa que no todos los que nacen bajo un Signo tienen una misma personalidad y carácter. Esto se debe a la influencia de tres aspectos fundamentales, el Ascendente se determina por la hora del nacimiento y cada animal reina sobre dos horas a lo largo del día. De la misma manera, influyen en nuestra personalidad otros aspectos, muy importantes en la filosofía tradicional china, como son el Yin, el Yan y los Cinco Elementos (Metal, Agua, Madera, Fuego y Tierra).

El horóscopo chino tiene una tradición de 5000 años y se basa en los años lunares.
Cada año se bautiza a las personas con el nombre de un animal. Gran parte de esta costumbre tiene sus orígenes en el antiguo Taoísmo chino. 

Los chinos basaron su cronología en un sistema sexagenario, es decir en ciclos de sesenta años. Estos ciclos trabajan en forma circular, al llegar a su punto final vuelven a comenzar iniciando nuevos ciclos que nunca tienen final. 

Según los antiguos filósofos chinos, el Metal, la Madera, el Agua, el Fuego y la Tierra constituyen los cinco elementos esenciales del Universo. Estos elementos son asignados a cinco planetas: agua (Mercurio), metal (Venus), fuego (Marte), madera (Júpiter) y tierra (Saturno), los cuales ejercen su influencia en el individuo, al igual que el Yan (el Sol) y el Yin (la Luna). 

Cada uno de estos elementos posee características especiales que influyen en la personalidad de las personas. 


Estaremos atentos y celebraremos como se merece el año del Mono.

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