Debemos ser capaces de sentirnos como queremos ser hasta que seamos como deseamos.
Es una conexión con nuestra mente. Ella es la que decide en cada momento que seamos o no seamos. El deseo de ser nos hace ser.

Comentarios

  1. SILENCIO
    No digas nada, no preguntes nada.
    Cuando quieras hablar, quédate mudo:
    que un silencio sin fin sea tu escudo
    y al mismo tiempo tu perfecta espada.
    No llames si la puerta está cerrada,
    no llores si el dolor es más agudo,
    no cantes si el camino es menos rudo,
    no interrogues sino con la mirada.
    Y en la calma profunda y transparente
    que poco a poco y silenciosamente
    inundará tu pecho de este modo,
    sentirás el latido enamorado
    con que tu corazón recuperado
    te irá diciendo todo, todo, todo.

    Francisco Luis Bernárdez (1900-1978)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29