Cuando la vida te avisa de que has traspasado algún límite y tu sigues cómo si nada, el único responsable de la caída eres tú. Si hay avisos lo mejor es poner remedio antes de que sea tarde.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30