Decía ayer un amigo que los excesos de lealtad no se pagan. Son momentos en los que parece se pone en valor las mediocridades y los desleales. Y yo añado: ¿no habrá sido siempre así?

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30