Querido hijo...
En estos momentos de tu vida puedes pensar que todo es fácil: de tener, de ser, de estar. Realmente para ti lo es porque no sientes, todavía, los problemas de la vida; porque tus padres tratamos de envolverte, posiblemente de forma equivocada, para que tardes en recibir los impactos del exterior.
Llegará el momento en el que camines solo y entonces sabrás por ti que ningún camino es recto y ninguno está libre de de obstáculos que ir superando.
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