14.06.2015... antisemitas!

Necesidad de campo es lo que tengo. Uno echa de menos, en estos días, ese olor, esos caminos, ese sol marchando y enrojeciendo los cielos manchegos. Se enredan los días, se enredan las semanas y cuando nos damos cuenta el tiempo ha pasado sin ni siquiera haber agarrado  esos instantes infinitos.

Hoy nuestra sesión de running por los caminos y el Cerro. Esos 15 kilómetros algo lentos, pero mejor. La lesión se mantiene ante la imposibilidad a la que me someto de estar quieto. Pero ha dolido menos, o tal vez el ansia por estar, de compartir, por correr, por charlar, vence las molestias.


Nuestra reflexión de hoy era la lógica: el panorama político municipal español. Tal vez esté mejor expresado si incluimos el término 'actual'. El cambio, desde todo punto de vista, es extraordinario y digno de análisis y reflexión. Porque todos deberíamos reflexionar, aunque unos más que otros. Cada uno en su lugar. Yo, en lo que me corresponde, haré.

Parece que muchos pensaban que algo así no ocurriría, que todo obedecía a un momento de rabia ciudadana (elecciones europeas). Otros pronosticamos que no. Era una ola, una opinión que se extendía y se había perdido el 'respeto político' al bipartidismo. Se buscaba un cambio. Se busca un cambio que, desde mi punto de vista, ha comenzado. No hay mucho tiempo para que otros cambiemos.

Ayer tres de las ciudades más importantes de España, Madrid, Barcelona y Valencia, cambiaron de gobierno y le fue entregado a partidos de los llamados 'populistas' o que aglutinan sensibilidades de izquierda populista. ¿Un peligro? Puede ser. Lo cierto es que son partidos que han obtenido representación porque los ciudadanos han depositado su confianza en ellos con la intención de desalojar, fundamentalmente, al Partido Popular. 

Esta mañana, entre zancada y zancada, lo comentábamos: la consigna es desalojar al partido popular de dónde gobierne, sea como sea. Es lo que están haciendo allá dónde pueden con el patético apoyo (irresponsable desde mi punto de vista) del PSOE o lo que queda de él.

Me preocupa, sinceramente, que en la sociedad se vuelva a instalar el resentimiento, el rencor. Unas veces de manera inconsciente, otras de forma consciente, alentar hacia el resentimiento o, incluso, el odio hacia el otro por sus creencias o ideas, es algo muy peligroso.

Ayer asistimos a la confección de gobiernos, de responsables públicos, realmente peculiares. Lo comentábamos esta mañana hablando, por ejemplo del gobierno del Ayuntamiento de Madrid, capital de España. Un gobierno formado por concejales de Ahora Madrid, unos que provienen de la izquierda, del movimiento vecinal o de la izquierda radical. Y así te puedes encontrar con que la Seguridad en Madrid, tan importante para todos, sea responsabilidad de personas que han promovido, provocado o alentado  acciones 'inseguras', digamos, en nuestra capital. O que la educación o la cultura estén en manos de personajes como el tal Guillermo Zapata.

Me cuesta mucho pensar que es eso lo que querían los madrileños o, sinceramente, aquellos que votaron al PSOE de Madrid, que realmente son los que han permitido que Podemos gobierno nuestra capital.



Y este tal Guillermo Zapata, que será responsable de la Cultura en Madrid, que parece está vinculado a movimientos okupas y lidera al sector más alternativo del partido instrumental y estuvo en el nacimiento de Municipalia, que luego se convirtió en Ganemos y que se inició al albur del 15-M, nos ha mostrado, a través de sus tuits, lo que piensa y siente por los más débiles. Realmente nos ha mostrado quién es.

Hace poco escribía por aquí un post con un motivo, triste y desafortunado como este.

Este concejal electo debe de dimitir. Hay comentarios que deberían estar prohibidos o, incluso, ser motivo de castigo. 

Ser libre es un derecho, pero también un deber: el deber de ser respetuoso con el otro. El 'otro' es el vecino de al lado, el compañero de trabajo o el ciudadano que viaja junto a nosotros en el metro. El otro es la 'persona', el ser, piense lo que piense, crea lo que crea, sea como sea o sea lo que sea.

Insultar, mofarse, ridiculizar o humillar a aquellos que son diferentes por sus creencias religiosas, sus opiniones políticas, su sexualidad, o sus condiciones físicas, es fruto de unos tipos de personajes bastante definidos: dictadores, terroristas o, simplemente, ignorantes acomplejados.

Meterse con las minorías siempre ha sido lo más fácil para aquellos que esconden sus complejos en una especie de personalidad prepotente.

Un cargo público, un representante de los ciudadanos, de todos los ciudadanos, ni puede, ni debe, ni se le debe permitir un comportamiento de este tipo.

Se me ponen los pelos de punta de pensar por un momento que vamos a estar gobernados por personajes que piensan o sientan cosas así.

¿De verdad es lo que queremos?

¿Se puede admitir eso?

La izquierda se ha permitido, se permite o se le permite, declaraciones o comentarios de este tipo sin consecuencias. No más de un 'cachete al niño' que es que no sabe lo que hace o dice.

Si una declaración así, o parecida, o similar, apareciese en boca de un político o militante del centro derecha, del PP, las redes sociales y los medios de comunicación echarían fuego hasta conseguir el la dimisión del protagonista. 

Me preocupa no tener claro dónde están los límites de la libertad para unos y para otros.

Y como siempre, desde este humilde blog, mi apoyo a todos pero, sobre todo, a los más débiles sean quienes sean. Mi apoyo a las víctimas del terrorismo, a todas. Y mi fraternidad con los judíos, parte nuestra, sobre todo de los que nos sentimos creyentes.

Mi petición de dimisión para este personaje.

Feliz noche.

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