08.03.2015... Candidatas en Madrid.

Para analizar la semana que termina y reflexionar, sobre lo positivo y negativo acaecido, mientras enfoco y priorizo los objetivos de la siguiente, que mejor que hacerlo practicando running, bajo un maravilloso sol, de esos que te recargan como si tu cuerpo fuera un panel solar, por las calles y caminos de Getafe y escuchando el nuevo disco de Imagine Dragons, Smoke+Mirrors

Repensar durante 15 kms de zancadas, en esa soledad obligada, todas esas novedades políticas que vivimos en los últimos días. 
Es la mejor forma de hacerlo, es un placer aunque, a veces, se amontonan demasiados pensamientos en la cabeza atrapados por el sudor del esfuerzo.

Mi partido, la organizacion política en la que creo y a la que trato de aportar siempre mi humilde granito de arena (unas veces admitido, otras bien rechazado) para que continúe en esa labor de mejora de la calidad de vida de los vecinos y vecinas, ha elegido candidatos tanto para el Ayuntamiento de Madrid como para la Comunidad.




Era una elección importante y no fácil. Creo que en el Partido Popular hay mucha gente buena, buenísima y de enorme valor, pero no todos garantizan el mismo resultado electoral y, sinceramente, en los tiempos que corren no es momento de experimentar mucho.

Las candidatas elegidas han sido Esperanza Aguirre para el Ayuntamiento de Madrid y Cristina Cifuentes como candidata al gobierno de la Comunidad de Madrid. Dos políticas impresionantes, de carácter propio y diferente, y ambas con una trayectoria y experiencia demostrada.

Como en todo, por el camino ha quedado alguna persona. No todas las decisiones agradan a todos. En mi caso, nunca me ha gustado hacer leña del árbol caído, no soy como otros. Creo que la caballerosidad, la elegancia y la educación hay que llevarla siempre hasta el final y estar por encima de todo y todos. Que otros no sean, o no quieran ser así, no me impide a mi serlo. 

Tengo mi opinión y valoración personal de la situación actual y de la que se puede producir. Sí debo decir que el Presidente, Mariano Rajoy, como siempre, ha sido inteligente y su decisión es la mejor para el partido a nivel electoral. Y eso es lo primero y prioritario.

Lo interno debe quedar en lo interno. Está claro que tendrá que haber cambios, nos los demandan los propios ciudadanos y la militancia. Se necesita frescura, aire nuevo, ventanas abiertas. Muchos esperamos ese cambio, esa nueva sensibilidad y, sobre todo, acabar con los sectarismos internos producidos por el exceso de poder.

Los ciudadanos esperan nuestras respuestas y nuestros proyectos a sus problemas. No lo vamos a tener nada fácil, pero más difícil podemos tenerlo si nos entretenemos en estupideces y disputas internas impresentables en estos momentos. 

Tenemos que ser capaces de emocionar, de pellizcar. Debemos tocar la arena, mancharnos de barro, sentir, olvidarnos de los cargos y lo 'oficial', ser personas. Tal vez por eso me haya alegrado profunda y personalmente de la elección de Cristina Cifuentes como candidata a la Comunidad de Madrid. La he conocido en diferentes responsabilidades, de un nivel u otro, y siempre, y digo siempre, independientemente de dónde haya estado, ha tenido una respuesta, ha escuchado un problema o ha tratado de resolverlo de la mejor manera posible. Sinceramente pienso que esa cercanía y esa frescura, esa humildad, va a generar la confianza necesaria para que el resultado sea el deseado.

Casualmente he estado viendo, al medio día, la película Annie en su última versión. Más allá de la historia de afecto, familia y amistad que todos conocemos, la película nos muestra la historia de un candidato, en este caso a la alcaldía de Nueva York, sin emociones, ajeno a lo real, escondido en su ego y preocupado más de sus intereses e imagen personal que de lo que realmente importa a sus ciudadanos. Mi hijo, que no llega a los 14 años, me ha dicho: "Papá, por eso los políticos no nos gustáis."

Un ejemplo de lo que la mayoría de los ciudadanos piensan en la actualidad de los grandes partidos.

Los vecinos están hartos de estupideces, están hartos de palabrería y de espectáculos televisivos. El ciudadano quiere confiar y lo hará en quién menos rechazo le provoque, en quién sea capaz de pellizcarle y provocarle emoción.

Vivimos momentos emocionalmente complicados. Momentos en los que cualquiera coge un micrófono y en dos soflamas es capaz de encandilar a un auditorio falto de referentes. Debemos marcar la diferencia entre el populismo despiadado y lo realmente serio.

Es hora de seguir trabajando, todavía con más esfuerzo, sin descanso. Tenemos un fabuloso aval: lo hecho. Más allá de las críticas interesadas, en momentos de extrema dificultad, de crisis, se ha mantenido lo esencial y hemos sacado adelante un país, una comunidad y ayuntamientos que estaban al borde del hundimiento.

Así que dediquémonos a trabajar por los ciudadanos. No hagamos estupideces. Hay cosas que hasta a mi, que soy de los de dentro, me cansan. Imaginemos a los de fuera.

Es cierto que en esto de la política siempre están los desagradecidos y aquellos que pueden parecer tontos; los que van de listos o esos en permanente e idealista agradecimiento. Están los impacientes o los eternos pacientes y luego, por ahí, en algún rincón, siempre quedan los poetas. 

Buenas noches.

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