12.10.2014... Terminando la semana en el Día de la Hispanidad...

Terminan las semanas como los días, a esa velocidad en la que no tienes tiempo ni de pararte a pensar el destino. Pero terminamos los días y dormimos con el deseo de despertar, en otro mañana, en otro día, para volver a remover y buscar esas señales o marcas que nos destinen.

Las semanas de viajes se reducen. Se reducen no en tiempo sino en organización y momentos. Parece como que todo se amontona cuando uno está fuera y nos cuesta recuperar el ritmo de atrás. Así ha pasado esta y pasará la próxima que me llevará por tierras de Ourense.

Pudimos disfrutar hoy, agradecidos al clima y al sol que parece salió a acompañarnos, de nuestros agradecidos kilómetros de running por ese Cerro que hoy nos recogía embarrado pero con un olor a paz, silencio y espiritualidad del que te es difícil separar. Un día especial para agradecer la vida y los días, una fecha emblemática y singular en el recuerdo de quién cumpliría años. Una hora y media feliz que, sin duda, te da energía para afrontar esa semana que se nos viene.

Casi he decidido no hablar de política en estas páginas mías, pero se me hace difícil. Es difícil sobre todo cuando se analizan las cosas desde la distancia, cercana, pero distancia. No es lo mismo estar en el callejón tras la barrera que en la arena.
No sé por qué en este país tendemos a convertir los problemas en escándalos. Los problemas terminan por solucionarse, pero nos gusta hacer vivir el escándalo hasta que surge otro que lo sustituya. Y no es lo mismo el problema cuando están unos que cuando están otros.

Cuando están los de un lado parece que todo da igual, que son las circunstancias o casualidades; cuando están los del otro hasta el triste sacrificio de un animal, en previsión de un posible mal comunitario mayor, se convierte en un problema de Estado.
A veces me pregunto en qué país vivimos. ¿Realmente es esto lo que queremos?

Como es el Día de la Hispanidad, qué mejor imagen para terminar que esta cariñosa foto de mi sobrina sintiendo lo que todos deberíamos sentir, con el mismo orgullo y pasión patriótica, que somos españoles y que amamos España...


Comentarios

  1. Tengo claro que me gustaría vivir en un País VIRTUOSO, sensato y de gran valía.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30