Misionero (Etiopia, 2014): Juan Antonio González Nuñez.



Tal vez porque esta sea la iglesia que yo quiero y en la que creo. Tal vez porque creo que la verdadera palabra de Jesús es esta y no esa otra que se predica desde los lujosos púlpitos.

Ejemplos de personas así hay miles, pero menos de las que debería haber. Otro mundo podría ser posible. Unos son religiosos, otros no. Dar sin esperar nada a cambio: qué belleza saber vivir y vivir así.

Juan Antonio González Núñez es un misionero comboniano nacido en Chandreja de Queija, Orense, que lleva vinculado a Etiopía desde hace nada menos que 38 años. 

Cuenta  que hace 10 años volvió al norte del Nilo Azul, en Etiopía, a una nueva misión que se estaba abriendo. Era en una zona totalmente marginal, sin presencia de la Iglesia, con una tribu sudanesa, los gumuz, que, por su procedencia extranjera, se ha visto marginada y despreciada por el resto de los etíopes.

Hoy, diez años después, Juan Antonio cuenta cómo, tras llegar a la región de Bahr-Dar, en el noroeste del país, dentro de la inmensa diócesis de Addis Abeba,todo empezaba de cero, paso a paso. 

Fue el comienzo de una verdadera misión ad gentes, una primera evangelización.

La misión está en Guelguel Beles. Las misioneras combonianas también llegaron ypusieron en marcha escuelas y dispensarios.

Lógicamente, con sólo una década, la Iglesia de esta zona es muy joven, y el Evangelio no tiene todavía una incidencia en el cambio de costumbres. 
Cierto, comenta Juan Antonio, que hay costumbres que son perfectamente asumibles desde el Evangelio. Otras, no tanto. 

Se refiere, por ejemplo, al hecho de que los matrimonios no se hacen por dote o libremente, como en otras partes de África, sino por intercambio, creando situaciones difíciles, raptos de mujeres y otras prácticas.

El “momento evangelizador” son las catequesis que se dan en los distintos poblados. Se sale al atardecer hacia los poblados y se tienen de noche, porque es cuando todos están reunidos, después de pasar la jornada en el campo, tras volver de sus faenas. 
A Juan Antonio se le ilumina la cara cuando habla de las catequesis. 

Catequesis por la tarde con los gumuz

Claro que no todo es tan fácil. La estación de las lluvias vuelve los caminos todavía más impracticables. El barro lo domina todo. 

Ante las dificultades que sufrían para llegar a los poblados, un día le preguntó a un catequista cómo hacía la gente para moverse durante la estación de lluvias. 

El catequista que le acompañaba le dijo que la gente en ese periodo no se desplazaba a no ser que fueran cosas extraordinarias. Como nosotros, le dijo, que “estamos anunciando a Jesucristo y esto es algo extraordinario”.

Hasta el presente se han abierto dos misiones entre los gumuz.
Además de la de Guelguel Beles, con las combonianas, hay una segunda, en Gublak, con religiosas franciscanas, todas etíopes. 

El futuro, está por verse, porque al norte del Nilo Azul, cerca de la frontera se está construyendo la presa más grande de África, por lo que las tierras de los gumuz, de ser una región sumamente marginal, atraen ahora más la atención... lo que está cambiando y cambiará la fisonomía social de la región.

Más información sobre la misión con los gumuz y posibilidades de ayudar a esta iglesia que hace 10 años no había oído hablar de Jesús en:

Fuente de la información: Religión en Libertad.

Comentarios

  1. Estas son las personas de verdadero valor, sí hablamos mucho de teoría pero ser capaz de ayudar en esas condiciones tan extremas se necesita de Valentía, coraje, serenidad y dulzura.


    Dice el poeta portugues Joaquim Pessoa, lo siguiente ( está en portugues pero se entiende): " A vida é exigente porque é generosa. É dura porque é terna. É amarga porque é doce. É ela que nos coloca as perguntas, cabendo-nos a nós encontrar as respostas. Mas nada disso é um jogo. A vida é a mais séria das coisas divertidas. ".


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