17.09.2014 De música y fútbol...

Cada uno decide como comienza sus días. Hoy llovía convirtiendo el cielo brillante de otros días en uno de esos grises tristes que vaticinan la llegada del otoño. Podía comenzar mi jornada, entonces, melancólico, como el día; subir al tren escuchando las noticias que, normalmente, no nos generan ningún tipo de alegría y ya, ni sorpresa; o sonreír, algo que en mi no es fácil, recordando cómo terminé el día de ayer -muy contento- y escuchar música. Así que ni corto ni perezoso me he descargado, ya que ha salido hoy a la venta, el nuevo disco de Amaya Montero 'Si Dios quiere yo también' - magnífico- y he convertido las gotas de lluvia en versos que, retenidos en la palma de mi mano se iban convirtiendo en poemas.



Pero tal vez para comenzar un día así de sonriente es importante terminar, como he dicho,  feliz el anterior. Y es que ayer se me ofreció la oportunidad de ir al fútbol, de ir al Santiago Bernabeu a ver el encuentro entre el Real Madrid y el Basilea (5 - 1). No me lo pensé dos veces y tomé la mejor decisión: invitar a mi hijo e irnos los dos. Así  hicimos. 

Vino a la oficina y nos fuimos paseando padre e hijo, hijo y padre, por el Paseo de la Castellana, charlando animadamente, felices -sobre todo yo-, hasta el estadio de fútbol. No soy muy futbolero y, en todo caso, si lo soy, soy del Atlético de Madrid. Pero ayer fue el mejor partido de fútbol al que he asistido en toda mi vida. Disfruté de mi hijo como nunca. Me di cuenta de que va siendo un hombre, que es un chaval fantástico y que son estos momentos así los que verdaderamente valen la pena. ¿Cuántos no habré perdido? Me siento muy orgulloso de él y sé que comienza una etapa difícil, esa adolescencia que ahora se adelanta muchísimo. De seguro creerá muchas veces que no le entiendo, pero se equivoca. Yo también pensé muchas en innumerables ocasiones que mi padre no me entendía, al cabo de los años me di cuenta que me entendía perfectamente y lo único que hacía era indicarme el mejor camino.





Comentarios

  1. Estas cosas justifican una vida (y te lo digo por experiencia, que yo capeo con uno de 25 y una de 3).

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