05.09.2014... Prisas


Así comencé mi mañana de hoy, tomando un café sentado en la terraza de la cafetería que tengo bajo la oficina, temeroso por abandonar tal momento de tranquilidad y poesía pero, por otro lado, ilusionado con abordar un día que termina en Minaya.

Pensaba en esos momentos, mientras el ir y venir de coches marcaba la banda sonora diaria, mientras unos y otros andaban deprisa por la acera dirigidos a sus puestos de trabajo, la diferencia tan aBismal que existe entre el despertar de cualquiera de nosotros en la ciudad y el despertar de un hombre de aquí, del pueblo, del campo.

Seguro las preocupaciones y problemas de allí, de las que hacemos montañas, difieren mucho de las de aquí. Pero seguro también que los de aquí tienen las suyas, sus problemas. La diferencia está, sin duda, en la forma de mirarlos. 
Cuando te viene un problema puedes salir corriendo o enfrentarte a él. El problema no desaparece nunca solo, sea el que sea. Tal vez deberíamos acostumbrarnos a sentarnos, mirar el cielo y plantearnos desde la humildad la mejor forma de solucionarlo. Cabreándonos, poniéndonos a gritar o dándonos cabezazos contra la pared no soluciona nada.

Es verdad que he tenido una semana bastante complicada. Se me ha acumulado trabajo de muchos frentes. No puedo llegar a todo y debo priorizar más los temas. Tal vez debo plantearme alguna cosa antes de que sea tarde y 'fallezca', mejor dicho desfallezca en el intento. No me gusta ir dejando cosas a medias, no tener tiempo de analizar o reflexionar bien las cosas, andar a trompicones. No es bueno, al final tropiezas y te caes. Y lo que peor llevo es, de verdad, no tener esos momentos de meditación personal, de encuentro conmigo, con mis versos, con mis libros, conmigo. Lo llevo mal. 

Pero cuando ahora miro este cielo, encuentro la tranquilidad y huelo a pueblo, aparto todas esas prisas y pienso: "Mañana lo haremos Moreno."




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