No dejamos de vivir sin percibir que a menudo estamos muertos. Y así pasan los días, y los años, sin darnos cuenta que estamos estancados. Debemos hacer de cada día una ilusión, un movimiento.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29