27.05.2017... Reflexiones de sábado con nubes.

Me llevó la semana de viajes por esa magnífica, hermosa y radiante capital andaluza que es Sevilla

Un par de días intensos, entre magníficas gentes de allá y de acá. Solo algunos instantes de tren me permitieron parar, desconectar. 

Días estos de calor, de luz, que nos hacen sentir que el trabajo que uno hace, más allá del fruto que se obtenga, si se ama, te hace despreocuparte de los resultados. Simplemente lo vives, te sientes bien, aunque llegues a estas horas del sábado algo cansado y sediento de serenidad y quietud.

Es momento de sentir, de pensar, de tratar de dominar esa mente que en el día a día trata de dominarnos a nosotros. Es momento de alimentar nuestro interior. 

Lo decía el maestro Epicteto hace mucho tiempo:
 "Ningún hombre es libre si no es dueño de sí mismo."
Ahora pienso que el esfuerzo en el día a día, en uno mismo, ese que no busca éxito ni ostentaciones, que ni siquiera recibir más resultado que el de lo bien hecho, el de la conciencia tranquila, el del buen dormir.



El trabajo nos lleva y arrastra como una corriente sin freno. Pero toda corriente lleva al mar, ese mar inmenso que nos explica, como decía Rumí, que una sola gota encierra el océano entero.

A veces los retos que tenemos enfrente nos generan inquietud, miedos. Tenemos debilidades. Ser consciente de ello es tan importante como afrontarlas y tratar de resolver todos nuestros miedos. Los miedos nos provocan desánimos; desánimos que llegan a negativizar nuestra actividad entendiendo que nada de lo que hacemos sirve de nada. El miedo puede paralizarnos o consumir esa energía que nos lleva hacia delante.

Si damos lo mejor de nosotros mismos en cada cosa que hacemos, no tendremos que arrepentirnos de nada, ni siquiera tendremos que pensar en los resultados. 

Da lo mismo. Lo importante es saber quienes somos y aplicar nuestro ser a cada una de nuestras actividades.

Para mi es importante parar, detenerme un instante, una tarde, un día. Recapitular, pensar, sentirme dentro. Perfeccionar mi mente y mi espíritu. Es una forma de resetearme y eso solo lo consigo pasando un tiempo a solas, inmenso en el silencio, mi silencio, ese que no deja de llamarme. 

Contemplarme. Contemplar la calma. Sentir que todo y todos somos uno.

Es en ese instante en el que vuelvo a confiar, en el que vuelvo a percibir y visualizar con claridad las metas, los sueños y comienzo a sentir el beneficio del silencio.

Dominar nuestra mente es dominar nuestra vida.

Y así, mientras escucho lo nuevo de Andrés Suárez, 'Desde una Ventana', no dejo de contemplar el cielo, medio nublado, que ha conseguido hacerme sentir, nuevamente, que disfrutar de las pequeñas cosas, de esa belleza que a todos nos rodea que puede ser, simplemente, este cielo gris, y nos hace percatarnos que pasar la vida persiguiendo grandes placeres, grandes cosas, tal vez nos haga perder el tiempo para lo importante.

Vive según tu imaginación. Siembra y cosecha tus sueños.

"Cuando admiro la maravilla de un ocaso o la belleza de la luna, toda mi alma se ensancha adorando al Creador"Gandhi

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 25

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 26

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 27