25.06.2016... Por un voto consciente.

Ya no sé si leía o pensaba estos días, contemplando el panorama político social que tenemos y que se nos avecina, que realmente ya está todo inventado, que simplemente son ciclos que obedecen, fundamentalmente y en la mayoría de las ocasiones, a los errores de unos y la insensatez de otros.


Y todo esto ocurre porque somos una sociedad quejica y mal criada, que poco contribuye a nada. 

De nosotros, por ejemplo, ¿quiénes nos sentimos contribuidores sociales? Y no me refiero al pago de impuestos que unos muchos aportamos, justa o injustamente, para que vivan a pierna suelta otros pocos. No, me estoy refiriendo a quienes de nosotros se dedican a poner en valor y generar valor de lo bueno que nos rodea.

Una sociedad que no valora y defiende lo suyo es una sociedad que termina por estar muerta.

Nos despertamos ayer con una noticia para la historia europea: Reino Unido votó por abandonar la Unión Europea en el referéndum celebrado este jueves, con un 52% de los apoyos para el brexit, frente a un 48% de papeletas en favor de la permanencia. Los votantes que han dado el "sí" al abandono del bloque comunitario han alcanzado 17.410.742 votos mientras que los que defendían la permanencia lograron 16.141.241 papeletas. La participación en el plebiscito alcanzó el 72%. 

Lo que muchos están aplaudiendo ahora, no sé muy bien por qué, será las desgracia de todos con el tiempo.

Hoy he leído en los medios que muchos ingleses, superan ya el millón y medio, están reclamando la repetición del referéndum. Muchos arrepentidos de su voto porque no pensaron en la trascendencia que podía tener.



Este domingo votamos, nuevamente, en España. Mi opinión en cuanto se refiere al voto la he tenido clara siempre pero, si cabe, ahora más. Ahora más porque entiendo que pueden ser unos comicios también históricos para nuestro país, si el resultado no es el adecuado. 

Creo que los ciudadanos, el próximo domingo, deberíamos votar en defensa propia. Deberíamos votar más que por la ideología, por la defensa de nuestra constitución, del estado de bienestar y de la democracia.

A veces pienso, opino, escribo, que no tenemos conciencia de voto. Votamos con una alegría inconsciente, adolescente, como si lo que ocurra no vaya con nosotros. 

El votante español, y más en concreto los jóvenes, en su mayoría todavía en casa de sus padres, viviendo de ellos y disfrutando de un sistema educativo fantástico creado a base de sacrificios y sudores, votan por llevar la contraria, sin medir las consecuencias futuras de lo que hacen. Se vota para castigar al que está, sin evaluar consecuencias de una u otra manera. Eso, además de una irresponsabilidad respetable (me refiero a que cada uno puede votar lo que le venga en gana, faltaría más), es de falta de madurez, como mínimo, política.

Nos creemos que votar a uno u otro da lo mismo. Es un grave error que terminaremos pagando.

Debemos votar conscientemente. Más que nunca nuestro voto importa en el futuro de nuestro país, el país que será el de nuestros hijos y nietos.

No voy a pedir, con estas breves palabras, el voto a quién representa el proyecto que defiendo. Voy a pedir el voto consciente, culto, para aquellos que no representan el populismo pseudocomunista y revolucionario.

No es tiempo de revolución. Es tiempo de unión y defensa de lo que realmente representa lo importante.

Comentarios

  1. Completamente de acuerdo contigo, amigo. Esta tarde, mientras votaba miraba a esos jóvenes inconformistas, la mayoría de ellos de morado y en el fondo me daban pena. Mucha pena. No valoran los esfuerzos realizados, guardan en un cinismo e ironía inimaginables toda la bilis del antisistema. El bienestar que pelearon sus padres está en riesgo. Ante este panorama de incertidumbre veremos qué pasa y que dicen las urnas. Te sigo. Un abrazo

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    1. Gracias M. Creo que finalmente, aunque con esfuerzo, España se ha fortalecido en estas elecciones.

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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