Es la humedad que absorbe...

Es la humedad que absorbe
el aroma musgoso
que envuelto en  carraspeo
incita a respirar
cadente e imaginario
de pajizas miradas.
Atardece, un manto rojizo
que aboca el olivar,
un fluido bituminoso, denso
matiz que apresura la noche.
Un vapor indolente que imagina
espigas, raíces y riscos,
una vida que recuerda la tierra.
Los sudores al alba
se derraman en sales,
en la amarga mirada
penitente, alejada,
del alto campanario.
Sea dulce motivo
la sed de campo.

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30