Siempre existe la misma distancia entre el Sí y el No; las mismas posibilidades tiene el No que el Sí. Pero nosotros tendemos por naturaleza a lo negativo, sufriendo o castigándonos de antemano sin conocer la verdadera respuesta. ¿Por qué no giramos la rueda y nos positivizamos? ¿Por qué no disfrutamos el momento pensando que lo que tiene que ser será o no será?

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 29