30.08.2015... Vuelto!

Madrid y Getafe siguen sonámbulos, somnolientos, como si no quisieran despertar de ese letargo veraniego. Otros años yo no quería, este año sí quiero.

Enfrentarte a otro curso, de esos que se llenan de incertidumbres, no es algo apetezca mucho aunque el verano no haya sido lo esperado y haya tenido roces de desesperado.


Pero mañana comenzamos. Justo ahora, se ha nublado la tarde de tal forma que parece haber previsto el final de un verano que ha estado lleno de nubes y tormentas figuradas. Pero todo, incluso las tormentas más fuertes, pasan y dejan brillar después un sol mucho más limpio.

Hoy, tras el café, inicié el curso running con mi primo C. Hicimos nuestro respetado recorrido hasta el Cerro de los Ángeles, 15 kilómetros pesados y cansados pero llenos de esa conversación tan deseada desde hace tiempo. Es como si de verdad muchas cosas tomaran mayor sentido cuando se hablan. C, más allá de lo familiar, es uno de los que siempre está y de los que escucha no sólo las palabras sino los silencios.

Uno va desgastando pares de zapatillas como pares de años. El peso de los años nos va cansando no sólo el cuerpo, también el cerebro. No nos apetecen las mismas cosas, nos parecen cansinas aquellas que antes nos divertían. Comenzamos a valorar lo importante de la vida, a eso a lo que se llega si el tiempo nos lo permite, con avisos de que 'nunca es tarde si se quiere'.

Hemos vuelto como sin habernos marchado. Me ha faltado tiempo, pero el mes ha venido así. Mañana comenzamos un nuevo curso y, posiblemente, nuevas etapas vitales.

Lo primero será cerrar lo pendiente y comenzar a ordenar y priorizar tareas.
Lo segundo, ir a por ello.
Lo tercero, poetizar esta vida que nos hemos hecho en estos 47 años de existencia.

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