29.05.2015...

Si escribo algo no es porque quiero, es porque lo siento y pienso. En la escritura se agolpan los deseos, se emborrona la vida o subraya el aliento. Todo se puede escribir porque no todo se puede decir. Al final una hoja soporta el olvido y sujeta el recuerdo mientras el viento la mece y transporta a cualquier lugar perdido.
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Un día cansado pero agradable. Escuchando opiniones de diferentes políticos de provincias españolas, de uno y otro partido. Casi todos coincidimos en lo esencial, pero esas pequeñas cosas, manías o rencores que nos separan, hacen florecer aprovechados en todos los lugares.

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No lo sabía, tampoco lo había notado ni, por supuesto jamás lo hubiésemos hablado si el tema no surge. N, de la Dip de Barcelona, es judía. Se convirtió al judaísmo cuando conoció a su marido. Su familia muy creyente y ella comenzó a interesarse y estudiar el judaísmo, hasta que decidió convertirse. Es feliz y está orgullosa de haber formado una familia judía.
Es curioso pero, en un momento de la conversación, cuando estaba explicándole mi interés y estudio del judaísmo, me ha salido el término 'raro', me he descrito como alguien raro por estudiar estos temas que para la mayoría son ajenos. Me ha mirado y me ha dicho algo lógico: "¿raro? ¿por qué? raros serán los demás que no se interesan por sus raíces y esencias religiosas y continúan tras las manadas sin encontrar su sitio"

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