14.09.2014 El baile de los Candidatos...

Un buen momento en mi semana, el mejor diría yo, más allá de estar en la tranquilidad de casa con mi familia, es la salida running, los domingos junto a mi primo Clemente. Si podemos solemos salir algún día más por Madrid, entre semana,  pero nunca es tan agradable y efectivo como esa salida larga del domingo que nos lleva a recorrer algo más de 15km en una hora y media. Una hora y media de conversaciones varias, de desahogos y, en muchas ocasiones, de terapias.

Y entre zancada y zancada repasamos la semana, lo propio e impropio. Más allá de nuestras cosas, últimamente retenemos nuestras conversaciones en ese ambiente político que se vive en el inicio del curso. Me gusta escuchar sus opiniones, lo que piensa como ciudadano que es, en esa edad en la que todavía, si Dios lo quiere, le falta mucho camino por andar y caminos por donde por correr.

Casi siempre, aunque solemos salir temprano, ya hemos repasado por encima alguno de los periódicos. Hoy, como está ocurriendo en los últimos tiempos, más allá de ese momento histórico que vivimos en España con la iniciativa independentista del gobierno catalán (que no de los catalanes) y que ocupa páginas y páginas de los diarios, se publican algunas encuestas de intención de voto, sobre todo, en Madrid.
Y es que esta semana la actual alcaldesa de Madrid, Ana Botella, comunicaba su intención y negación a ser candidata a la alcaldía del Ayuntamiento de Madrid. Era algo esperado. No sé si deseado por algunos, pero sí esperado. Yo lo esperaba, pero no lo esperaba tan pronto. Queda demasiado tiempo.
Y esta negativa, como casi siempre ocurre en todas las organizaciones políticas serias, pero creo más en la mía -o eso vivo yo- ha encendido, aunque la época llama a ello, el debate de  quién debe o no ser el candidato. Rumorologías, apuestas, 'porras'. Todo vale. Parece nadie tiene otra cosa que hacer.

A mi, a estas alturas, lo que más puede o pudiera preocuparme, a la vista de los datos que hoy, por ejemplo, leo en ABC, es el ascenso -casi imparable- de esa nueva formación denominada 'Podemos'. Eso, en estos momentos, casi me preocupa más. Es un ejemplo de lo que sienten muchos españoles frente a los partidos políticos serios que ven, en una forma irresponsable de castigarlos, que votar a esta formación es el desahogo y mejor solución a sus problemas. Nunca más lejos de la realidad. Un partido 'bolchevique' como es Podemos, sólo nos puede llevar a la hecatombe más absoluta como país y convertirnos en una triste imagen de países como Venezuela. Pero es mi opinión, humilde opinión, y a lo mejor el análisis requiere un post más específico que haré en otro momento.


Vamos al 'baile de candidatos' que nos acompaña día sí, día no, en la prensa política y en todos los corrillos en los que te paras a conversar. Un baile que parece sólo se mueve en una pista pero que yo, desde mi sincera opinión y hasta que no esté decidido dónde y  por quién corresponda, lo enmarcaría en varias: Comunidad de Madrid, Ayuntamiento de Madrid, grandes ciudades de la Comunidad de Madrid. De otras regiones no hablamos.

Antes de hablar de nombres, por todos conocidos, diré que es verdad que últimamente el votante del PP anda algo molesto. Gobernar en España en la situación en la que se ha gobernado, en la situación en la que ha gobernado el Partido Popular, no sólo ha sido complicado, difícil, sino sacrificado para muchos españoles entre los que se encuentran, cómo no, votantes del Partido Popular.
Por eso es esencial fidelizar al votante del Partido Popular y convencerle de que su voto, más que nunca, es importantísimo. Pero eso no basta. Hay que atraer a más electores,  a esos que siempre han estado más cerca de la sensatez y responsabilidad que del populismo barato. Hay que generarles confianza. Y eso, a lo mejor, no se hace sólo con candidatos que agraden al militante.

No puedo olvidar, siempre lo recuerdo porque no hace tanto y lo viví de cerca, cuando el Partido Popular cambió de candidato en el Ayuntamiento de Madrid y Alberto Ruíz Gallardón sustituyó al gran José Mª Álvarez del Manzano, elecciones del año 2003. Se propuso como nueva candidata a la Comunidad de Madrid, a la que luego sería Presidenta, Esperanza Aguirre, conocida por todos ya que venía del gobierno de José Mª Aznar. En aquellas elecciones, en el Ayuntamiento obtuvimos una magnífica mayoría absoluta pero en la Comunidad de Madrid la perdimos. Y perdimos la mayoría absoluta con la que habíamos gobernado magníficamente bien durante ocho años, frente a un 'simple adversario político' -sin menospreciar a nadie porque creo es un buen político- Rafael Simancas. 

¿Qué quiero decir con esto? Que viviendo una situación política muy diferente, con un panorama mediático y social también diferente al de entonces, no se pueden tomar decisiones alegre o sentimentalmente rápidas.

En estos momentos, parece, no ganamos por mayoría absoluta ni la Comunidad de Madrid ni la capital. Pero vamos a más, algo que también habría que analizar: se están perdiendo sacos de votos en las grandes ciudades que, para más, están en el Sur de nuestra Comunidad.
Por lo tanto, tan importante es que se elija un buen candidato para la Comunidad de Madrid como para el Ayuntamiento de Madrid.

Yo tengo una opinión que, de seguro, será errónea. Creo que no va a ser ninguno de los nombres que están ahora mismo en las pistas de baile aunque, por supuesto, tengo mis preferencias personales entre ellos: Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes, Ignacio González o Soraya. Yo, además, en estos momentos, porque me apetece y para generar un poco más de paridad, y parejas de baile, voy a incluir a dos personas más, tan válidas como las otras: Pío García Escudero y Jaime Mayor Oreja.

El Presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, es cauto y paciente. Es extraordinariamente inteligente y estratega político. Sabe que no es el momento. Señalar a un candidato ahora sería quemarlo. Va a esperar de forma acertada. Después de las navidades es una buena fecha y, como es él, nada puede ser predecible.

No olvidemos que lo importante, ahora mismo, es seguir gobernando y haciendo mucha política. Quedan meses de política y de comunicar a los ciudadanos lo que se ha hecho, lo que se ha gestionado en las peores circunstancias para los ayuntamientos, las comunidades y nuestro país. Dejarnos de luchas internas y peleas sin sentido y haciendo realmente de nuestra casa lo que es, la casa de todos, generará más confianza a esas personas que votan de forma responsable.

Y de otras localidades, incluida la mía, mi ciudad, Getafe, también hablaré en breve,  guste o no a 'los reyes y las reyes' del municipio. Faltaría más.

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