28.07.2014... día de michelín!!!



Hoy quise hacer todo e hice casi todo. El 'todo' es aquello que uno quiere, pero el 'todo' de uno, no tiene por qué coincidir con el 'todo' de otros. Mi 'todo' suele ser excesivo y   por eso, cuando me dejo una mínima parte, un trocito minúsculo, me martirizo y termino el día algo cabreado conmigo. No me acostumbro. Mis 'todos' son tan amplios que ni con 25... años quiero decir.

Y escribo esto ahora, pasadas las 22 h., porque no he salido a correr. Y no he salido a correr porque he llegado a casa, de una reunión con el equipo creativo que está dando la imagen a Coach Integral Services (en pruebas) y #versosdArte (en construcción), tarde, o no a la hora que yo hubiese querido. ¿Y qué? Pues eso digo yo. He llegado y he hecho eso que he creído oportuno en estas fechas y que deseo: bañarme con mi hijo en la piscina, hacerme con él unos largos -en mi caso unos cortos- y disfrutar de ese momento que nomalmente no tengo. Y ¿no he salido a correr? Pues no. ¿Eso me cabrea? Pues cada vez menos, pero sí algo. 

Y es que esta mañana me levanté de lunes y me miré al espejo, como casi todos los días. Pero hoy me fijé en mi. ¡Dios mío! Tengo más canas en el pelo, mi barba practicamente es blanca, he llenado un poco la tripa, algún michelín me sobresale por los lados del pantalón al apretarme el cinturón y si no me pongo las gafas cuando miro de lejos veo todo borroso. Me ha dado un bajón tremendo.
He bajado a tomar un zumo, mi hijo ha quedado durmiendo a pierna suelta, feliz en sus merecidas vacaciones. He cogido el coche, he puesto la radio y mil noticias malas me han bombardeado el cerebro y hecho despertar.
He llegado al trabajo, ese privilegiado trabajo, y me he preguntado: ¿y qué? ¿estás bien? Sí ¿tienes para vivir? Sí. Entonces ¿a quién coño le importa que con 46 años tengas medio michelín por encima del pantalón? A mi. ¿Y qué? Pues eso, nada. Y ¿qué es 'nada'? Nada es, desgraciadamente, lo que muchos millones de personas tienen al despertar cada día. Nada es mucho para algunos. 'Nada' es la cantidad de 'todo' que deberíamos valorar para sentir, sencillamente, lo importante.
Así que tras un día intenso, importante, creativo e ilusionante, me he dado dos baños en la piscina que me han sabido a gloria. ¿Por qué? Porque me ha acompañado mi hijo y ese instante lo ha valido todo. ¿Y el michelín? En su sitio.

Feliz noche.

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