'La Felicidad, desesperadamente' por André Comte-Sponville


Leer este libro en estos días primeros días de agosto ha sido como un escape intelectual extraordinario. Me ha encantado y debo recomendarlo a todos.

Soy amante de la filosofía, sobre todo de la filosofía griega. Pocos filósofos modernos, de ahora, más actuales, me enganchan tanto como lo ha hecho siempre este francés: André Comte-Sponville. Lo descubrí leyendo su maravilloso, y siempre recomendable, 'Pequeño tratado de las grandes virtudes.' Desde entonces vengo leyendo todos sus escritos con pasión filosófica, con pasión de saber.

Es un autor que acerca la filosofía a la gente, no la aleja. Yo creo que las personas necesitan filosofía, necesitan hacerse preguntas, saber, conocer y conocerse, reflexionar, sobre todo en estas épocas nada fáciles que vivimos. Leer filosofía te hace pensar y preguntarte sobre lo sencillo y sobre lo difícil. Hace que tu mente se entrene, que respire y se relaje. Este filósofo lo consigue. Leer a André Comte te crece.

Este pequeño libro es grande. Nos hace reflexionar sobre la felicidad. Está escrito de forma ágil y amena. Vuelve a los clásicos como Aristóteles, Platón, Epicuro, Pascal, Spinoza, Montaigne para discutir sus teorías sobre la felicidad y concluir con la suya.


"El objetivo de la filosofía es la felicidad. O más exactamente, el objetivo de la filosofía es la sabiduría, y por lo tanto la felicidad, ya que, una vez más, una de las ideas mejor probadas en toda la tradición filosófica, y especialmente en la tradición griega, es que la sabiduría se reconoce en la felicidad."


"No se trata de prohibirse esperar, ni de esperar la desesperación. Se trata, en el orden teórico, de creer un poco menos y de conocer un poco más. En el orden práctico, político o ético, se trata de esperar un poco menos y de actuar un poco más. Por último, en el orden afectivo o espiritual, se trata de esperar un poco menos y de amar un poco más".

"No he de pensar una idea porque me haga feliz (nos estaríamos contando historias). He de pensar una idea porque me parece verdadera. Se trata de pensar no lo que me hace feliz, sino lo que me parece verdadero, a condición de que se trate de encontrar, ante esa verdad, por muy triste o angustiosa que sea, el máximo de felicidad posible."


"Así pues, la felicidad es el objetivo; la verdad es el camino o la norma. Esto signfica que si el filósofo ha de elegir entre una verdad y una felicidad, es filósofo, o digno de serlo, solamente si elige la verdad. Más vale una verdadera tristeza que una falsa alegría. "


Ya saben... a leerlo!!!

Comentarios

Por si te interesa...

Padre Nuestro en Hebreo

Cinco maneras de organizar un libro de poemas.

Diario de un Estoico II. La posibilidad de lo imposible. Semana 30