Los Miserables

El maestro Victor Hugo publicó su maestra obra 'Los Miserables' allá por el año 1862. Una novela ambientada, como saben, el el siglo XIX francés y en esos submundos de misería que existían -y existen- en las ciudades. Pero el título de este breve 'vómito', no obedece, ni va dedicado, a la crítica -líbreme el Señor- de la épica de Victor Hugo. No, va dedicado a 'los miserables', a los miserables con minúscula: esos que asumen, representan y llevan a gala -incluso con orgullo- cualquiera de las acepciones que nuestro diccionario dedica al término 'miserable'.


adj. Desdichado,infeliz.De escasa cuantía o valor.adj. y com. Avariento,mezquino. Malvado,perverso.

Y a estas definiciones, además, podemos añadir los siguientes sinónimos: agarrado - arrastrado - avaro - canalla - chamizo - cutre - incremento - menguado - mezquino - rasposo - roñoso - sórdido.

No sé, alguno, cuando lea esto, puede o no verse reflejado. No pretendo ni intento que estas líneas sirvan de autoanálisis para nadie. Este texto es uno de mis 'vómitos' sentimentales o literarios: se me pone mal cuerpo, se me revuelven las entrañas y zas, vomito estas palabras que tan sólo yo sé lo que pretenden decir. No sé, puede ser que los kilómetros de running -que no hace mucho he parado- me hayan provocado tal indigestión de palabras. Puede ser, en cambio, que escuchar ciertos comentarios me demuestren lo 'miserables' que pueden llegar a ser algunos. Porque todos tenemos nuestras miserias, todos, todos. sía a día, año a año, se van acumulando en los rincones de nuestras vidas; pero sólo unos pocos son 'miserables'. Y miserable, también, es aquél que para tapar sus manifiestas deficiencias e incompetencias, se dedica a criticar o malmeter contra los demás.

Lo bueno de todo esto es que, al miserable, por mucho que se esconda o lo esconda, se le encuentra o reconoce más tarde o temprano.

Y....

Mare, yo me voy al mundo
No sé cuándo volveré
Llevo mi ropita al hombro
Y muchas cosas que aprender
Se me olvidaba,
llevo yo mi guitarrilla
Llevo un lápiz y un papel
El platito de la abuela
Por si me dieran algo pa’ comer
Soy el hijo de la noche
y no tengo horizontes
Ni metas que alcanzar
Soy testigo de la luna
Y toda mi fortuna
La tengo en mi cantar
Tengo el alma errante
Llevo en el semblante
una vocación
Músico de calle
No te asustes mare
Voy en paz con Dios
... (El Barrio)

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